Martes 19 de febrero de 2008
Como dice Jorge Etchenique en su artículo «Control social y lenguaje», «la fuerza es consustancial a la noción de estado». Es decir, la violencia de clase opera siempre, pues es consustancial al modo de producción y su organización social. Esta violencia “de arriba”, se presenta de variadas formas en todos los planos de nuestra vida.
Lo que, generalizando, solemos llamar “prácticas fascistas” es, en realidad, “autoritarismo y represión” y este es el estado natural del ejercicio del poder de las clases dominantes.
Sugestivamente, la exacerbación en la descripción puntual de hechos de corte autoritario y la observación de una fraseología fascistoide y la metodología autoritaria, puede llevarnos a una paradoja. Su desaparición nos colocaría frente a la suposición de que vivimos en una democracia. Caracterizar la actuación de Tierno como "fascismo" implica la posibilidad de suponer que la gestión del anterior intendente Oscar M. Jorge fue "democrática" o estuvo dentro de esos márgenes. Esto proviene de no comprender que el "fascismo", es decir, la puesta en práctica de una metodología autoritaria y represiva como política cotidiana, está instalado entre nosotros desde hace mucho tiempo. Esto no niega la posibilidad de usar la consigna "Tierno facho", por razones obvias.
Lo que vivimos bajo este régimen que llamamos eufemísticamente "democracia recuperada" es todo el fascismo posible en el marco actual de nuestra sociedad de clases. La censura y la autocensura, la represión social y policial, la coherción educativa, el terror económico, la inseguridad, el gobierno en manos de los mismos personajes desde hace décadas, las patotas sindicales... Esto es el “fascismo” de nuestros días, donde el Duce es el gobierno.
Sería una debilidad ideológica considerar “democracia” a lo que tenemos y “fascismo” a lo que hace Tierno. Fascismo es que nos gobierne una presidenta con el 30,17% de los votos y que nos refriegue en la cara su “mayoría”, por más que haya habido una farsa electoral mediante. “Fascismo” es la desocupación y el trabajo en negro, los chicos con las bolsas aspirando poxiran, decenas de miles juntando cartones por las calles, los medios monopolizados por los capitales del discurso único, la corporación política y sindical controlando a los ciudadanos. O sea, el fascismo es la democracia "que todos debemos cuidar".
En La Pampa vivimos bajo un régimen autoritario y plagado de hechos de corrupción -por decir poco- desde hace muchos años. El gobierno está en poder de una corporación que basa su poder en el control de los negocios del estado y en las prebendas que puede otorgar en función del poder que concentra.
El control social lo ejerce con los medios estatales clásicos, pero mucho más con su poder discriminador de dar o negar trabajo y la amenaza latente de los violentos que actúan como sus "grupos de tareas", tal como lo han experimentado los militantes que han hecho trabajo barrial. Este es el verdadero sustrato de la vida social que aparenta normalidad. En esto consiste el verdadero fascismo. Hay una suerte de violencia en suspensión, que se condensa y precipita cuando lo requiere el poder. En la medida en que todos marchen encuadrados, como "comunidad organizada", por donde indica el mandón de turno, todo irá bien; pero los individuos que se rebelen serán aplastados por la maquinaria corporativa (despido, cesantía, no renovación de contrato, cancelación del crédito, clausura comercial, acoso policial, no otorgamiento de vivienda, cajoneo de trámites, persecución judicial, baja de los planes, etc.). Esta es la violencia intrínseca del modelo.
En verdad, más que criticarlo por fascista, a Tierno hay que agradecerle que con sus acciones ponga en evidencia la inexistencia de democracia. El intendente de Santa Rosa abre la Caja de Pandora y saca a la luz todo lo que hay, todo lo que tenemos; y en gran medida, todo lo que somos. Muchos, hoy lo están aplaudiendo, o aprueban en voz baja. Si vale la pena denunciar su gestión es porque nos permitirá, partiendo de su locura –no de su fascismo, por simple inteligencia táctica–, denunciar a esta inexistente democracia, que no es más que -parafraseando y corrigiendo a Klausewitz- la continuación del fascismo por los mismos medios.
MUNGUI
Lo que, generalizando, solemos llamar “prácticas fascistas” es, en realidad, “autoritarismo y represión” y este es el estado natural del ejercicio del poder de las clases dominantes.
Sugestivamente, la exacerbación en la descripción puntual de hechos de corte autoritario y la observación de una fraseología fascistoide y la metodología autoritaria, puede llevarnos a una paradoja. Su desaparición nos colocaría frente a la suposición de que vivimos en una democracia. Caracterizar la actuación de Tierno como "fascismo" implica la posibilidad de suponer que la gestión del anterior intendente Oscar M. Jorge fue "democrática" o estuvo dentro de esos márgenes. Esto proviene de no comprender que el "fascismo", es decir, la puesta en práctica de una metodología autoritaria y represiva como política cotidiana, está instalado entre nosotros desde hace mucho tiempo. Esto no niega la posibilidad de usar la consigna "Tierno facho", por razones obvias.
Lo que vivimos bajo este régimen que llamamos eufemísticamente "democracia recuperada" es todo el fascismo posible en el marco actual de nuestra sociedad de clases. La censura y la autocensura, la represión social y policial, la coherción educativa, el terror económico, la inseguridad, el gobierno en manos de los mismos personajes desde hace décadas, las patotas sindicales... Esto es el “fascismo” de nuestros días, donde el Duce es el gobierno.
Sería una debilidad ideológica considerar “democracia” a lo que tenemos y “fascismo” a lo que hace Tierno. Fascismo es que nos gobierne una presidenta con el 30,17% de los votos y que nos refriegue en la cara su “mayoría”, por más que haya habido una farsa electoral mediante. “Fascismo” es la desocupación y el trabajo en negro, los chicos con las bolsas aspirando poxiran, decenas de miles juntando cartones por las calles, los medios monopolizados por los capitales del discurso único, la corporación política y sindical controlando a los ciudadanos. O sea, el fascismo es la democracia "que todos debemos cuidar".
En La Pampa vivimos bajo un régimen autoritario y plagado de hechos de corrupción -por decir poco- desde hace muchos años. El gobierno está en poder de una corporación que basa su poder en el control de los negocios del estado y en las prebendas que puede otorgar en función del poder que concentra.
El control social lo ejerce con los medios estatales clásicos, pero mucho más con su poder discriminador de dar o negar trabajo y la amenaza latente de los violentos que actúan como sus "grupos de tareas", tal como lo han experimentado los militantes que han hecho trabajo barrial. Este es el verdadero sustrato de la vida social que aparenta normalidad. En esto consiste el verdadero fascismo. Hay una suerte de violencia en suspensión, que se condensa y precipita cuando lo requiere el poder. En la medida en que todos marchen encuadrados, como "comunidad organizada", por donde indica el mandón de turno, todo irá bien; pero los individuos que se rebelen serán aplastados por la maquinaria corporativa (despido, cesantía, no renovación de contrato, cancelación del crédito, clausura comercial, acoso policial, no otorgamiento de vivienda, cajoneo de trámites, persecución judicial, baja de los planes, etc.). Esta es la violencia intrínseca del modelo.
En verdad, más que criticarlo por fascista, a Tierno hay que agradecerle que con sus acciones ponga en evidencia la inexistencia de democracia. El intendente de Santa Rosa abre la Caja de Pandora y saca a la luz todo lo que hay, todo lo que tenemos; y en gran medida, todo lo que somos. Muchos, hoy lo están aplaudiendo, o aprueban en voz baja. Si vale la pena denunciar su gestión es porque nos permitirá, partiendo de su locura –no de su fascismo, por simple inteligencia táctica–, denunciar a esta inexistente democracia, que no es más que -parafraseando y corrigiendo a Klausewitz- la continuación del fascismo por los mismos medios.
MUNGUI
El problema es que si todos son fascistas, Tierno es uno más, no distinto del resto.
Mungui, ¿realmente creés que es así?
Cuando se oponía a la pena de muerte, Beccaria dijo que si castigamos con la pena de muerte al ladrón de gallinas y al rey, pronto la vida del rey no valdría más que un par de gallinas.
El problema puntual ahora en Santa Rosa es un nazi indistinguible de Hitler, realmente. Si vamos a hacer la revolución socialista, podemos postergarlo un poco hasta que saquemos el peligro más urgente.
A ver, que no se malentienda. Todos son malos, pero este es malo al cubo, y si aplicamos a todos la misma vara, en realidad por vía indirecta lo estamos justificando ante la sociedad.
19 de febrero de 2008 13:10
Hum, por este mismo razonamiento que planteás, quedaron en libertad miles de genocidas y colaboradores civiles. Es este asunto de los "niveles de responsabilidad". Se hizo el juicio a las "Juntas" y a lo demás la oposición trató de licuarlos con las leyes de "obediencia debida" y "punto final".
Por esta razón es que, más allá del hecho puntual que nos lleva a intentar el derrocamiento de Tierno, no apunto a él sino a un modelo que incluye a la oposición. Sin esta oposición claudicante, traidora, corrupta, no sería posible (o no les sería tan fácil) instalar a los Tiernos.
Tampoco digo que hay que meter todo dentro de una misma bolsa, pues sería acientífico. Lo que intento es profundizar el análisis, que es lo que nadie está haciendo, y por eso terminan creyendo que al mundo lo cambian las mascaritas.
Puntualmente, vamos contra Tierno, pero si queremos que la acción sea constructiva y pedagógica, no debemos renunciar al sentido crítico y sí al oportunismo de creer que, codo a codo con el Pepe Rodríguez o Giuliano estamos marchando por el buen camino. Si estuviéramos por el buen camino, ellos no estarían en las marchas.
MUNGUI
19 de febrero de 2008 14:26
Bien, Mungui, coincido puntualmente con las dos primeras líneas del tercer párrafo de tu comentario y la primera línea del cuarto y último.
El tema es que lo que vos denuncias -generalizando demasiado a mi humilde entender- es un hecho casi estructural de la realidad argentina. Y Tierno es una coyuntura feroz a erradicar.
Para lo otro necesitamos, efectivamente, màs debate, acà y en todo el país. Pero no sea cosa que por tirar al montón no le peguemos justo al que en este momento -reitero, en este momento- es el que importa.
Vos no podés ignorar que la gran mayoría del pueblo santarroseño tiene claro que Tierno es nazi pero lo demás que denunciás les es muy difuso.
Y opino también, con todo respeto, que son incompatibles el ejemplo de los asesinos del proceso y sus "niveles" de responabilidad, con este caso. Aquella diferencia era solo de jerarquía, acá tenemos un hecho inédito, sin parangón en tierras pampeanas, absolutamente excepcional. Es una oportunidad histórica para golpear desde el pueblo hacia la corrupción. Y después, sí, si querés, vamos contra los cánceres argentinos.
19 de febrero de 2008 20:32
Creo que coincidimos en lo general y en lo importante. Yo reitero lo de profundizar el análisis, porque, por ejemplo, me parece que no es tan cierto que "la gran mayoría del pueblo santarroseño tiene claro que Tierno es un nazi". La gran mayoría ni siquiera tiene claro qué es la "democracia", por eso es incapaz de asumir y defender los derechos que tiene.
Tampoco me parece cierto que Tierno sea un caso excepcional. Recordá que fuimos gobernados por Marín y una verdadera banda de forajidos. Bajo su gobierno no sólo hubo corrupción, hubo estudiantes universitarios amenazados, torturados, secuestrados durante algunas horas y al menos dos casos que se fueron de la provincia por miedo. Uno de ellos el que fue secuestrado y quemado con cigarrillos. Sin la memoria viva vuelven a ganar ellos.
Por todos estos inagotables temas que están expuestos acá, es que resulta necesario que la gente, en asambleas, debata el carácter de la protesta y ponga la vista también en el día después. No resultará de esto la Revolución, pero tampoco tiene que convertirse en una nueva desilusión. Aprovechemos para hacer un ejercicio de democracia un poco más verdadera.
Mungui.
19 de febrero de 2008 21:36
Hola: primera vez que leo estos artículos. Muy buenos, ayudan a la profundización del análisis que hay que hacer en estos momentos de lucha y que deben ser la piedra angular del resto del combate que hay que dar.
Me parece que la caracterización de "FASCISMO" es demasiado amplia para utilizar en este caso, porque no solamente nos sirve para el análisis concreto de la coyuntura sino también, para delinear nuestra táctica.
Lo que estamos viviendo en Santa Rosa en estos momentos no es un régimen fascista, sino que es la misma "democracia para ricos" que gobierna desde la salida de la dictadura.
Para hablar de FASCISMO tenemos que hablar también de que la clase obrera está en las calles, con sus métodos y sus organizaciónes, independientes del estado burgués. En Santa Rosa, esas caracteristicas no se están dando, solo hay esbozos de una política autoritaria y represiva dentro de los margenes (a veces muy amplios y otras veces muy estrechos) de la democracia burguesa, que en ciertos momentos coyunturales se hace facha o más "democratica".
Estoy a favor de echar a Tierno, lucho en las calles para eso, pero alejado de los dobles discursos de los Giuliano (que era funcionario de Marín cuando hizo mierda el estatuto docente) y los lumpenes como "pepe" Rodriguez, que si la situación se endurece serán los primeros en reprimir la lucha y estarán todos unidos en ese gran partido burgues que es el peronismo, que traicionó y traiciona todas las luchas de los trabajadores y el pueblo.
Coincido en que de aqui no saldra la revolución, pero podremos sentar las bases de la lucha cuando la situación se agudice y el PJ muestre su verdadero rostro.
No olvidemos que Tierno antes que nazi es peronista y eso es lo que va a delinear (me parece) la táctica a seguir. A Tierno se lo derrota con pruebas concretas de para quien gobierna y demostrandolé al pueblo de Santa Rosa que sin estos políticos burgueses es posible vivir con dignidad.
Fede
21 de febrero de 2008 14:43
Bien, Fede, creo que coincidimos. En lo que me parece que hay que ajustar la caracterización es en la cuestión del "fascismo". Por definición, el fascismo es un modelo corporativo, de corte bonapartista, con una presencia ominosa del estado, control de determinados grupos económicos y todo eso que vimos en la Italia de Mussolini.
Pero ocurre que el significado de las palabras evoluciona (se distorsiona, se manipula, etc) y terminan aceptándose acepciones nuevas. Hoy, generalizando, se llama "fascismo" (lo digo en una respuesta en otra entrada) al modelo que aplica políticas neoliberales, restringe cada vez más los derechos civiles y reprime con violencia las protestas.
Es todo el fascismo posible bajo la ficción de democracia que tenemos. Y este modelo rige con o sin Tierno. Rige en el mundo.
Si no hay obreros en las calles de Santa Rosa es porque prácticamente no existe proletariado. Pocas fábricas y talleres, son pocos y están dispersos y no existe organización sindical que los defienda.
La política represiva, por el contrario, sí existe. Fijate qué mansito está el SOEM (por miedo y sumisión), o andá a hacer militancia a un barrio a ver cómo te atienden los punteros peronistas (a ver si no hay violencia) o recordá cada vez que hubo alguna minicrisis social en serio si la policía repartió palos o no.
Acá, durante el gobierno peronista, se secuestró y torturó a un estudiante universitario (que se fue de La Pampa por miedo), se tortura a los presos sociales en las comisarías (lo reconoció Tierno y hasta el propio impresentable de Lezcano), se fotografían a los militantes en plena plaza San Martín, se quemaron vivos a presos sociales... ¿Te das cuenta...? No se pueden ver las cosas con tanta simpleza y decir..."acá no pasa nada, son esbozos". Acá, si no dejás conforme al mandón de turno, te quedás sin laburo, o sin el "Plan", o sin la vivienda que te prometieron... Y esto es política represiva. Acá hay miedo a protestar y perder el trabajo, y esto es "terrorismo económico" que practican los empresarios porque el estado les da el marco propicio.
Y esta realidad va más allá de Tierno. ¿Qué hizo el Frepam cuando los pibes pintaron graffittis en la casa de Tierno? Vio el hecho no como un asunto político, sino policial, y los puso en la picota. Eso es política represiva, que estará vigente si se va Tierno y sube esta oposición.
Comparto tu referencia a la importancia que tiene el tipo de experiencia que haga el vecindario en esta protesta. Me refiero a este tema en la entrada "La memoria es el libro de historia de las masas" y profundizo este comentario sobre tu aporte en "Tierno es la democracia".
Gracias por estas reflexiones, que nos ayudan a todos a ejercitar las neuronas y acomodar las ideas.
MUNGUI.
21 de febrero de 2008 15:24