viernes 7 de marzo de 2008
Durante ochenta y siete días hubo un tema omnipresente, menos en las agendas oficiales tanto gubernativas como legislativas, judiciales o de la oposición partidaria al ex intendente Juan Carlos Tierno.
Resulta significativa esta ausencia, porque su negación en un espectro tan amplio como el descrito es simétrica a su conocimiento, tratamiento y divulgación en amplias franjas de la sociedad santarroseña, pampeana y aún nacional.
Nos referimos a la máxima y quizá única causal invalidante del que fuera jefe comunal, para ejercer el cargo que detentó durante tres meses: su antecedente como victimizador serial de mujeres.
Esta condición, que se remonta a los albores de la década del ochenta, había ascendido de rumor vecinal a denuncia periodística fundada.
Al llegar a ese punto, el del conocimiento de la denuncia periodística, resultó obvio para este blog y el conjunto de sus panelistas, que un funcionario estaba inhabilitado para desempeñar cargos públicos cualquiera fuese su escalafón y localización. Sublevaba, a inicios de febrero, que un atormentador fuera quién dirigiera los destinos de Santa Rosa y quien nos representara.
La inhabilidad política, ideológica y moral, sugerida desde distintos sectores plebeyos a quienes detentaban responsabilidades representativas fue rechazada o desoída tantas veces como fue propuesta.
Las respuestas medrosas, y acaso cómplices, se escudaron en la falta de pruebas legales y en la prescripción de los delitos.
No fue objeto de examen la circunstancia de que las víctimas aún padecen las secuelas de su vejación, de la que es probable no se repongan nunca. Tampoco el revelador retraimiento de Tierno a demandar a quienes lo habían acusado periodísticamente.
Las evasivas se esterilizaron cuando en la segunda semana de febrero los diarios Pagina 12 y La Arena recogieron el testimonio de dos víctimas que, sin necesidad de detalles escabrosos, reconocieron que ellas eran las personas de quién comentaba la sociedad en voz baja durante lustros y que fueran el objeto de la investigación del mensuario Lumbre.
Con la admisión de las víctimas, que sustentaban la legitimidad de cualquier presentación de invalidez o la intervención de oficio de cualquier fiscal, se desarticuló la excusa de quienes rehusaban inmiscuirse, se inauguró la factibilidad de cuestionar la permanencia de Tierno al frente de la comuna.
Si embargo, por debilidad, pereza o connivencia esta petición no se impulsó, prefiriendo la lateralidad de cuestionar el tarifazo o la sanción de normas de dudosa legalidad
Esta opción, de criticar medidas administrativas o comportamientos autoritarios por sobre la solicitud de juicio y castigo a un violador de los derechos humanos en función pública, tiene un sentido que el vecindario advierte cuando la palabra claudicación asoma en sus conversaciones.
Hemos tenido y es probable que volvamos a padecer intendentes que produzcan aumentos insolentes, o se comporten autoritariamente. De hecho, el propio Oscar Mario Jorge hizo gala de estas tipologías cuando expulsó a los editores de revistas y los artesanos de la plaza pública.
Pero cualquiera de ellos puede y podrá aspirar a su redención a poco que se lo exija o se lo proponga.
Pero de la crueldad de género no se regresa. Porque el cruel degrada y al hacerlo se degrada.
Esta consideración es la que ayer no figuró en el anuncio del gobernador, ni fue objeto de tratamiento en la Legislatura al abordarse la intervención.
Mujeres, en su día, a protegerse. La impunidad está intacta.
VENCE NUMANCIA
(Leer también: "Torturador: para que nadie se olvide"
El representante del socialismo di Liscia dijo que Tierno utilizaba la metodología del golpeador. Pero, claro, eso no basta.
8 de marzo de 2008 10:17
Quizás el abogado que presentó el proyecto en la Cámara de Diputados pueda elaborar otro para abordar esta cuestión. Qué les parece
8 de marzo de 2008 12:37