PREPARANDO EL DÍA DESPUÉS (2)

domingo 9 de marzo de 2008

Comienzo a escribir esta nota mientras se escuchan tambores de guerra, los ayes de los heridos de esta última escaramuza y el sordo clamor de venganza de los que esperaban desde la guerra justicialista del año pasado. Tapando todos estos sonidos, el bullicio de una parte del pueblo santarroseño festejando la conquista.

Tal como hice en lo más álgido del conflicto -a riesgo de que se me acusara de "divisionista"-, denunciando las debilidades ideológicas e incoherencias de la oposición para impedir cualquier transa de las que se estaban intentando, ahora que todos estamos celebrando la caída del fascista Tierno, me propongo avanzar en el análisis del día después.

Parto de preguntas que todos debieran hacerse. ¿Derrocado Tierno se terminó el papel de la gente? Y extendemos la inquisitoria. Desde hoy y hasta el día de las elecciones ¿cuál es el papel de este movimiento espontáneo que echó al intendente? ¿Ninguno? ¿Qué debe hacer? ¿Esperar? ¿Sólo mirar? ¿Proponer? ¿Condicionar? ¿Controlar? Nosotros apostamos por un papel activo, de manera que pueda capitalizarse la experiencia que realizaron los vecinos movilizados. Si nos vamos a casa, perdemos todo lo capitalizado hasta hoy.

La conformación del próximo ejecutivo municipal y del próximo concejo reproducirá lo mismo que hemos tenido en los últimos años si no hay una intervención activa y decisiva del pueblo. El peronismo y la oposición insistirán con lo poco que tienen. Es decir, volveremos a tener más de lo mismo. ¿Podemos hacer algo ahora? Creo que sí. Hoy, al calor de esta revuelta popular exitosa, es posible exigirles a los partidos algunos compromisos. Pero hoy, no pasado mañana, esto no puede demorarse. De esta manera, comenzaremos a condicionar el próximo proceso electoral. Sugiero releer "Preparando el día después", mejorarlo y pensarlo como un instrumento.

Si llevamos a fondo la iniciativa que plantea el artículo citado, que implica una cuota de organización popular para controlar el cumplimiento del compromiso partidario, habremos logrado al menos recortarle el espacio a la corrupción política y estaremos haciendo una experiencia de control popular que prefigura el modelo de democracia directa hacia el que deberemos avanzar.

Termino de escribir la breve nota cuando ya hemos comido un asado y brindado por el éxito de la asonada popular. ¿Sabremos capitalizar esta experiencia? (continuará)

MUNGUI
Anónimo Anónimo dijo...

no se que hacer, pero quiero paz y justicia para todos y no prepotencia y autoritarismo, sigamos con las marchas cada vez que los (no se el apodo) nos prepoteen.
yoel

9 de marzo de 2008 23:59

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